EL TOALLERO ELÉCTRICO Y OTROS INVENTOS QUE CAMBIAN NUESTRA VIDA

Simples inventos, grandes beneficios. A día de hoy tenemos de todo. O creemos tener de todo. Si nos ponemos en la piel de un cliente potencial de algún producto, realmente no se nos ocurre qué producto puede ser. Pensamos en cosas que nos faltan y llegamos a la conclusión de que tenemos todo lo que necesitamos. Nuestras necesidades básicas están satisfactoriamente cubiertas. Por otro lado, si esta vez nos ponemos en la piel de un futuro emprendedor y pensamos cuál es esa idea brillante que hará cambiar mi vida para siempre y la de todos mis clientes, llegamos a la misma conclusión. Todas las ideas ya están cogidas, todas las necesidades, cubiertas y, en definitiva, sale a la luz ese dicho tan falso como popular que dice: “Ya está todo inventado” Pero ahora pensemos una cosa. La vida son pequeños detalles. Sí, todos tenemos que trabajar, estudiar o ir día a día a la fila del paro. Sea lo que sea lo que estemos haciendo actualmente, todo se vuelve rutina con el tiempo. Pero aun así, tenemos que saber aprovechar los pequeños placeres de la vida. Como decía Amélie en su película homónima, uno de los placeres de la vida es enterrar la mano en un saco de legumbres. Para ella, esa era una sensación única e indescriptible. Pensemos en una noche gélida de invierno. A todos nos pasa lo mismo noche tras noche. Nos metemos en la ducha, una ducha cuya duración dependerá de lo cansado que estemos debido al largo día de trabajo, y cuando conseguimos que el agua caliente nos proporcione una sacudida de alivio inmediato, volvemos a la realidad y descubrimos que tenemos que secarnos con una toalla tan fría que nos arrepentimos de haber iniciado este proceso. Ahí es donde entran en juego las mentes brillantes que constantemente inventan nuevas aplicaciones o inventos que siguen satisfaciendo nuestras necesidades, por simples que sean, y hacen que cada día que pasa merezca la pena estar vivo. Un detalle tan insignificante como una toalla caliente en un toallero eléctrico en invierno, puede hacer que un día duro de trabajo termine de la mejor forma posible para afrontar el siguiente día.